Kubb
A menudo se afirma que el juego se originó en Suecia durante la era de los vikingos y que se ha conservado en Gotland, pero que parece ser una historia de marketing de los fabricantes del juego para obtener mejores ventas. El origen real es anterior al tiempo de Viking. Los antiguos egipcios jugaban alrededor de 3000 a.C ya juegos que son muy similares a Kubb. Los romanos se hicieron cargo del juego después de la dominación romana y esta fue también la introducción a los persas. Los romanos lo consideraron un juego de clase baja e impureza y el juego evolucionó allí a lo que ahora conocemos como petanca y bolos o jugaron la variante de tablero ajedrez. La tradición en Gotland es que los vikingos inventaron el juego con huesos de tribus conquistadas y jugaron uno contra el otro. Hay historias populares que de hecho prueban que el kubb se jugó en varios lugares donde los vikingos se quedaron, como en Suecia, Escocia y Noruega y en el comienzo del siglo XX ha llegado desde Eurasia, pero no está claro de qué manera coinciden las reglas de ese momento con la forma en que se juega kubb en la actualidad.
¿QUÉ ES EL KUBB?
Kubb es un emocionante juego de habilidad que permite desarrollar habilidades motrices, pero también de estrategia, creando a la vez una sana actividad social y de pertenencia a un equipo. Es un juego que a pesar de que las reglas resulten fáciles, las habilidades y competencias para conseguir el resultado deseado, no lo son tanto. Es necesario desarrollar la habilidad de lanzar adecuadamente y con precisión, controlar el palo de madera, haciendo puntería para favorecer el conjunto de participantes de tu equipo. En este sentido, el juego favorece la coordinación de movimientos. Además también es necesario comunicarse desarrollando la estrategia más adecuada para llegar a un consenso con los miembros del equipo y decidir dónde se lanzan las piezas de madera derribadas para poner dificultades al avance del equipo contrario. Cómo compartir: es un juego para jugar en equipo y en el que pueden participar niños y mayores, facilitando la socialización con los demás, aunque sean de distinta edad y sexo.
¿Dónde se juega?
Es un juego muy apropiado para jugar al aire libre, preferiblemente en un terreno sin desnivel: en un jardín de tierra o de hierba y hasta en la nieve. En caso de utilizarlo sobre tierra de cimiento se deberá ir con cuidado con las piezas, pues al estar construidas con madera blanda se pueden desportillar. Para jugar es necesario delimitar una superficie de forma rectangular con el apoyo de 4 marcadores por las esquinas. Las medidas son: 5 metros de anchura por 8 metros de largo, a pesar de que la longitud puede ser opcional en función del grado de dificultad que se desee y de la experiencia de los jugadores.
¿Qué material se necesita?
Kubb es un juego de piezas grandes, como bolos, realizadas en madera para evitar un peso excesivo.
Objetivo del juego
El objetivo del juego es derribar las piezas del otro equipo con un palo de madera que se tirará cogido por el extremo y desde abajo. La última pieza a derribar será la figura del rey, derecha en medio del terreno de juego.
¿Cuáles son las reglas básicas?
La figura del rey se coloca en medio del terreno de juego dividiéndolo en dos. A continuación, se colocan las 5 piezas de madera de pie y de forma equidistante a cada una de las dos bases de la anchura del terreno de juego. Se juega en dos equipos. La mecánica del juego es la siguiente: por turnos, cada equipo tirará desde la línea de lanzamiento los 6 palos con el objetivo de derribar las piezas KUBB BASE del equipo contrario. Cuando una pieza está tocada se tirará al terreno del equipo contrario y se llamará KUBB CAMP. Cuando toca jugar en el otro equipo primero se tendrán que jugar las piezas KUBB BASE y a continuación las KUBB BASE. Si una pieza KUBB CAMP ha quedado de pie la persona que le toca tirar el palo podrá desplazar su línea de lanzamiento hasta allí. El equipo que primero derriba todas las piezas puede seguir con el rey. Una vez derribado el rey gana la partida. El rey siempre debe ser la última pieza a derribar.